Su consumo y efectos a corto plazo del alcohol, causa que los adolescentes a menudo resulten con lesiones no intencionales e incluso la muerte; tendencias suicidas, agresión y victimización, infecciones de transmisión sexual, sexo sin protección y embarazos no planeados, así como problemas académicos y sociales. En el largo plazo, beber se asocia con un mayor riesgo de dependencia del alcohol más adelante en la vida. Además, el consumo excesivo de alcohol en la adolescencia puede resultar en cambios funcionales y estructurales de larga duración a nivel cerebral. Para muchos niños y adolescentes, el consumo de alcohol es su primera conducta de riesgo, así es que ésta actividad, debe de alertar a vigilar otras conductas de riesgo. "Es un marcador de otras conductas de riesgo".
Es un problema que a menudo no se detecta, pero la mayoría de los adolescentes estarían dispuestos hablar sobre el alcohol si se les asegura confidencialidad, sin embargo, la mayoría de los médicos no siguen las directrices para examinar el problema del alcohol en los adolescentes, a menudo citando una falta de confianza en sus habilidades para hablar del tema.
El tema del consumo de alcohol es excelente para comenzar la detección de conductas de riesgo de salud por 2 razones principales. En primer lugar, hablar con sus pacientes sobre el alcohol tiene el potencial de salvar vidas. La bebida se asocia generalmente con lesiones causadas por accidentes de tráfico, suicidio y homicidio. En segundo lugar, a partir de preguntas sobre la bebida puede ayudar a determinar sobre otros comportamientos de riesgo. Los jóvenes que no consumen alcohol son realmente muy pocos, mientras que los que están fuertemente involucrados con el alcohol tienen un mayor riesgo para el uso de otras sustancias y otros comportamientos de riesgo.
Hay muchas oportunidades para hablarlo y las indicaciones clínicas para la detección pueden ser como parte de un examen anual o el de una visita de atención en el departamento de urgencias, o al ver a los pacientes que no has visto en mucho tiempo. Además, los jóvenes con ciertas condiciones podrían ser necesario realizarles pruebas con más frecuencia. Este grupo incluye a los pacientes que:
Tanto a los que son propensos a beber, como los que fuman. Aquellos con depresión, ansiedad, trastorno de hiperactividad con déficit de atención o problemas de conducta. Los que tienen problemas de salud que podrían estar relacionados con el alcohol, tales como accidentes o lesiones, infecciones de transmisión sexual o embarazos no deseados, cambios en los patrones de comer o dormir, trastornos gastrointestinales o dolor crónico. Los que muestran cambios de conducta importantes, como conductas de oposición, cambios de humor significativos, la pérdida de interés en actividades, cambio de amigos, caídas frecuentes, o una gran cantidad de ausencias escolares injustificadas.
Para los más jóvenes, a veces iniciar preguntas sobre los amigos, puede abrir el tema del consumo del alcohol. Preguntar sobre las bebidas que tomaron el año anterior, puede sugerir lo que beben ahora. Si contestan que no, entonces elogiar y mandar el mensaje "la mayoría de los chicos de tu edad no beben en absoluto, me alegra que tu y tus amigos no beban, porque a tu edad, el alcohol es muy malo para su salud".
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