Hay que considerar a la leche materna como una intervención médica terapéutica para bebés en estado crítico. A menudo las madres que tienen bebés en una unidad de cuidados intensivos piensan que no pueden ser capaces de amamantar. Sin embargo, si un bebé requiere de cuidados intensivos, entonces la leche humana debe de ser vista como una intervención terapéutica. La leche materna puede proteger contra la enterocolitis necrotizante una enfermedad que aqueja a ciertos bebés prematuros graves, y también de otros procesos infecciosos.
Cada vez que la madre se extrae su leche, es como si le estuviera preparando una dosis de vacuna diaria a su hijo. La tolerancia a la alimentación es mucho mejor cuando se le alimenta exclusivamente con leche humana y así lo protege además de las lesiones a nivel de los ojos y del cerebro que son comunes en los prematuros graves. A largo plazo sabemos que la leche materna conduce a mejores resultados en las pruebas de desarrollo e inteligencia.
Es muy importante que la madre comprenda que su leche ayuda en el tratamiento y que ésto es algo que sólo ella puede hacer por su hijo porque nadie más podría hacerlo.
Aún cuando el bebé no se esté alimentando por la boca, la leche materna se puede utilizar para el cuidado oral, recubriendo el interior de la boca del bebé. La higiene bucal es importante por 3 razones:
1. El bebé puede absorber pequeñas cantidades de nutrientes a través de las mejillas, pero que pueden ser muy importantes para el sistema inmunológico del bebé.
2. La leche materna en un antibiótico natural, por lo que el recubrir el interior del bebé con la leche, lo protege de la entrada de procesos infecciosos.
3. La leche materna es dulce, y a los bebés les gusta lo dulce. Así el cuidado bucal ayuda a preparar al bebé para después alimentarlo al seno materno.
Después de que el bebé ha comenzado a alimentarse con la leche de la propia madre, el contacto piel a piel se puede hacer aún si el bebé esta en estado crítico y esté conectado a un respirador y hacerlo cuando menos una vez al día cuando la madre esté disponible para amamantar y entonces que poco a poco aprenda a succionar y comenzar luego con la succión nutritiva.
En conclusión, el objetivo es tener a una madre que esté disponible para extraerse la leche con frecuencia para lograr recolectar entre 500 ml o más de leche al final de la primera semana. Alimentar al bebé con su leche, promover el contacto piel a piel, la succión inicialmente no nutritiva y su transición a la alimentación al seno materno. Hay evidencia que incluso bebés muy graves son capaces de amamantarse, en promedio, 9 días antes de su alta.
Para una madre que usualmente se puede sentir impotente, asustada y angustiada por la vida de su bebé, lograr extraerse su leche para proporcionársela a su bebé, es la única cosa que puede hacer y que puede hacer una diferencia en los resultados de salud de su hijo.
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