A partir de la década de 1990, existía la preocupación de que la vacuna del sarampión, paperas y rubéola causaran autismo. Hay 12 estudios que han demostrado claramente que no existe relación entre la vacunación y desarrollo de autismo. después se dijo que el timerosal un componente de las vacunas, que contiene mercurio etilo y que estaba en una gran número de vacunas podría causar autismo. En este caso hay 7 estudios en donde se demostró que el timerosal no causaba autismo.
Ahora se cuestiona si demasiadas vacunas aplicadas demasiado pronto pueden causar autismo. Hace un par de años atrás un grupo de investigadores no encontraron relación entre el número de vacunas recibidas durante el primer año de vida y el desarrollo del autismo.
Recientemente en Dr. DeStefano y colaboradores no encontraron relación entre el número de componentes inmunológicos de las vacunas que se aplican a los niños y el desarrollo de autismo. Se tenía la idea de que el gran número de componentes inmunológicos de las vacunas podrían causar de alguna manera abrumar, debilitar o perturbar el sistema inmunológico, una idea tal vez demasiado fantasiosa.
Cuando estamos en el vientre materno nos encontramos en un ambiente prácticamente estéril, pero cuando salimos del útero y pasamos por el canal del parto y luego nacemos, nos colonizamos rápidamente con billones de bacterias a las que les hacemos frente con el sistema inmune aún en desarrollo. Ahora bien, el número de componentes de las vacunas, apenas y llegan a aproximadamente 165, y cuando nos topamos con una sola bacteria que tiene aproximadamente de 2000 a 6000 componente inmunológicos. El aire y el polvo que inhalamos no es estéril y la comida y el agua que comemos y bebemos, tampoco son estériles, todo esto lo puede tolerar nuestro sistema inmunológico segundo a segundo, minuto a minuto, hora tras hora, funcionando de una manera muy eficaz y sin enfermarnos. La idea que las vacunas de alguna manera debilitan o sobrecargan el sistema inmunológico del niño no apoya lo que sabemos actualmente sobre inmunología y microbiología.
El fondo de la cuestión es saber que las vacunas que los niños están recibiendo no conduce al desarrollo del autismo. Esperamos que los padres queden claramente convencidos de ésto, porque es muy claro que no sabemos la causa o causas del autismo, pero si sabemos que las vacunas no tienen la culpa.
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