Translate

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Sobrepeso y obesidad en niños con discapacidad. 1° parte.

Muchos niños con discapacidad se enfrentan a múltiples desafíos de cara a mantener un peso saludable. Aversiones alimentarias, efectos secundarios de medicamentos y limitaciones en la movilidad, los predisponen al sobrepeso y a la obesidad, agravando la epidemia de obesidad. Un estudio encontró que entre adolescentes con síndrome de Down, 86% tuvieron sobrepeso u obesidad. De acuerdo al Centro para la prevención y control de enfermedades, los niños con discapacidad tienen 38% más riesgo de tener obesidad que sus contrapartes.
13% de las familias tienen algún niño con discapacidad. También muy a menudo, los niños con discapacidad han quedado fuera de las discusiones de la obesidad. Cada vez escuchamos con mayor frecuencia por parte de los padres con niños con discapacidad, lo difícil que es mantener un peso saludable en sus hijos. ¿Como podemos ayudarles a tomar decisiones saludables? ¿Como podemos ayudarles a controlar su peso, especialmente en aquellos que están bajo medicación? ¿Como pueden tener mayor movimiento, que sea divertido y seguro para ellos? Dado que los niños con necesidades especiales son primeramente niños y luego discapacitados, ellos requieren un nivel extra de consideración y atención en orden a mantener un peso saludable.
¿Qué es la obesidad?
La obesidad es definida por el índice de masa corporal, que estima la cantidad de grasa en el cuerpo de una persona, basado en el peso y la talla.
Un niñ@ es definido a tener sobrepeso cuando su IMC está encima del percentil 85 y abajo del percentil 95, para los niñ@s de la misma edad y sexo.
Un niñ@ es definido a tener obesidad cuando su IMC está encima del percentil 95, para los niñ@s de la misma edad y sexo.
Las investigaciones han demostrado que tanto los niños como los adultos con discapacidad tienen más riesgo de sobrepeso y obesidad que sus contrapartes.
Estadísticas
Las olimpiadas especiales, que es un programa recreacional a nivel mundial para gente con discapacidad. Y a pesar del involucro en deportes, se estima que 16.1% de los atletas investigados tienen sobrepeso y 32.9% tienen obesidad. Todos juntos, cerca de la mitad  de esos atletas no tienen peso saludable. Esto es alarmante porque una vez con sobrepeso u obesidad, por lo general tienden a no querer realizar actividad física. Además 22.5% de los niños con discapacidad tienen obesidad, comparados con el 16 de los niños sin discapacidad. El problema es más pronunciado en niñas que en niños:
Entre las niñas con discapacidad de 2-17 años, la prevalencia de obesidad es del 23%.  Mientras que en las niñas sin discapacidad es del 14%.
Entre los niños con discapacidad de 2-17 años, la prevalencia de obesidad es del 21%. Mientras que en los niños sin discapacidad es del 17%.
El problema es más agudo en los que inician la adolescencia. La CDC encontró que el 18% de los niños sin discapacidad, de 10-14 años tiene obesidad, mientras que en niños con discapacidad del mismo grupo de edad, tiene obesidad  el 30%. Mientras los niños sin discapacidad tienen muchas opciones para controlar su peso, a través del deporte y otras actividades. Los niños con discapacidad a menudo no las tienen.
Las diferentes clases de discapacidad ofrecen sus propios desafíos:
80.6% de los niños con limitación funcional para la actividad física tienen sobrepeso u obesidad
50.8% de los niños que reciben servicios de educación especial tienen sobrepeso u obesidad
44% de los niños con déficit de atención tienen sobrepeso u obesidad
En un reporte del 2010, un grupo de investigadores midió el IMC de 461 adolescentes de 12 a18 años con discapacidad física, intelectual o del comportamiento, y se encontró lo siguiente:
67.1 de los adolescentes con desorden del espectro autista, tuvieron sobrepeso u obesidad
86.2% de los adolescentes con síndrome de Down, tuvieron sobrepeso u obesidad
18.8% de los adolescentes con parálisis cerebral tuvieron sobrepeso u obesidad
83.1% de los adolescentes con espina bífida tuvieron tanto sobrepeso u obesidad
39.6% de los adolescentes con discapacidad intelectual tuvieron sobrepeso u obesidad



Impacto
Consecuencias para las vidas de los niños
Los niños con discapacidad deben de trabajar más duro que sus contrapartes para lograr sus tareas cada día. La obesidad les adiciona una barrera de dificultad tanto para el niño como para sus padres.
Así es como:
La obesidad puede hacer más difícil el movimiento y dificultar la habilidad para participar en actividades de ocio, que van desde juegos en el recreo o en el parque de diversiones.
La obesidad, adiciona un estigma para el niño ya de por si estigmatizado por su misma discapacidad.
La obesidad ofrece más dificultad para sus padres para ayudar a los niños con tareas cotidianas diarias como bañarse o ir al baño.
La obesidad le agrega al niño, adolescente y adulto con discapacidad, riesgo aumentado para diabetes tipo 2, enfermedad cardiovascular, asma, apnea del sueño, problemas ortopédicos, ginecológicos, etc.
Además la obesidad eleva el costo para cuidados de la salud, ya de por sí alto en niños con discapacidad.
Factores de riesgo
Obstáculos para lograr peso saludable en niños con discapacidad
Factores de riesgo para obesidad en la población general
Las causas de obesidad no son un misterio, y paradójicamente, lo que precipita su incremento no es complemente comprendido. En términos simplistas, la gente gana peso cuando consumen más calorías de las que gastan. Pero la raíz de las causas detrás del desequilibrio calorías/actividad, son aún tema de debate. ¿Es nuestro estilo de vida sedentario? ¿Es nuestra comida altamente procesada? ¿Hay otros factores a considerar?
Razones comúnmente citadas como causas de obesidad:
El alto precio de los alimentos saludables comparados con los no saludables
Tamaño de las porciones más grandes
Alimentos procesados mayormente disponibles
Aumento en el consumo de bebidas azucaradas
Disminución en la actividad física
Mayor tiempo frente a pantallas
Sueño inadecuado
Aumento en la exposición a alimentos y medio ambiente que causa alteración del metabolismo endocrino
Factores de riesgo para obesidad en niños con discapacidad
Los niños con discapacidad tienen los mismos factores de riesgo para obesidad que otros niños. Pero ellos también tienen un gran conjunto de factores en relación a su propia discapacidad. Se han identificado 7 factores de riesgo de cara a la obesidad:
Factor de riesgo 1: Una más compleja relación con los alimentos
Una dieta saludable, es alta en frutas y verduras, granos enteros y proteínas y baja en grasas y azúcares. Pero los niños con discapacidad pueden tener barreras físicas o de comportamiento para una dieta saludable. Los niños con síndrome de Down y parálisis cerebral pueden tener problemas para la masticación y la deglución que los puede llevar a comer alimentos más suaves y más procesados. Niños con desórdenes del espectro autista pueden tener una intensa aversión a ciertas texturas, sabores y colores, lo cual los lleva a consumir un limitado surtido de alimentos. "Podemos tener a un padre diciendo, todo lo que el come son emparedados de mermelada y mantequilla de cacahuate" y no es tan fácil decirle, "pues no le dé esas cosas". Los padres de niños con discapacidad a menudo son reacios a entrar en conflicto con sus hijos respecto a la comida, tanto porque ya de por si están luchando suficiente con el comportamiento y la discapacidad o porque no desean eliminar una fuente de placer para un niño que ya de por sí tiene muchos desafíos. Otro factor es la influencia de los compañeros. El deseo de encajar, es fuerte para cualquier niño. Si otros niños están comiendo dulces o tomando jugos, tratar de evitar esos alimentos llega a ser más difícil, especialmente si esas elecciones están ampliamente disponibles en el campus escolar. Otro situación se presenta cuando los padres, terapeutas, profesores, ofrecen dulces u otros alimentos no saludables para cambiar conductas y con menos frecuencia, para castigar el comportamiento no deseado, con la retención de ellos. Ambos enfoques hacen a éstos alimentos más deseables. A veces el alimento se utiliza simplemente para expresar afecto o aumentar el cumplimiento. A veces el personal de la escuela les pone algo extra en el plato como una galleta, porque piensan que están haciendo algo dulce, pero más bien, es una forma extraña de discriminación.
Factores de riesgo 2. Barreras al ejercicio
El ejercicio es vital no sólo para mantener un peso saludable, sino también para mejorar el tono muscular, la circulación y el estado de ánimo. Cuando los niños con discapacidad tienen ejercicio regular, están ayudando a controlar la progresión de las enfermedades crónicas y el declive funcional, mientras que mejora su salud en general. Pero el 39% de los jóvenes con discapacidad física informan de no realizar ejercicio en absoluto.
Las razones son muchas. Los niños con enfermedades cardíacas o respiratorias tienden a cansarse más fácilmente, por lo que es más difícil para ellos participar en la actividad física. Los niños con parálisis cerebral, espina bífida o la distrofia muscular puede tener problemas importantes de movilidad. Muchos niños con discapacidades necesitan modificaciones para poder participar en actividades de acondicionamiento físico, y pueden no tener acceso a equipos de adaptación o de clases de recreación incluso. Por ejemplo, mientras que los niños con una gran variedad de discapacidades disfrutan jugando en el agua, esa opción no puede estar a su disposición si la piscina no tiene un ascensor para entrar y salir. Un estudio de los factores que afectan a la recreación y la participación de actividades de ocio de los niños con discapacidad, encontró que las tres barreras principales fueron las propias limitaciones funcionales de los niños, el alto costo de los programas y de los equipos especializados, y la falta de facilidades o programas.

Factores de riesgo 3. Medicamentos
Setenta y cinco por ciento de los niños con cuidados especiales de salud necesitan tomar por lo menos un medicamento con receta. Muchos medicamentos, en particular ciertos antipsicóticos, antidepresivos, anticonvulsivos, estabilizadores del ánimo y neurolépticos, se asocian con aumento de peso. "Parecería que los médicos no necesariamente ven de cerca las consecuencias de la prescripción de ese tipo de medicamentos en términos de que sea perjudicial para la salud de un niño con discapacidad".
Factores de riesgo 4. Estrés de la familia
Los padres de niños con discapacidad, tienen horarios llenos entre citas de médicos y terapeutas, las responsabilidades adicionales del transporte. Con tanto quehacer, los alimentos procesados altos en calorías parece ser una opción más viable que la de cocinar. De la misma forma, el ejercicio cae en la categoría de "tal vez algún día, cuando tengamos tiempo". El 21% de las familias informan grandes cargas financieras, porque no pueden trabajar tiempo completo o por gastos que no cubre el seguro medico. Los alimentos saludables, el ejercicio o la consulta profesional, puede estar simplemente fuera de su alcance. En suma, la carga financiera adicional pueden hacer que las iniciativas de control de peso parezcan abrumadoras. Como un estudio señala, "es necesario dinero y tiempo para preparar alimentos sanos, aumentar la actividad física y reducir el tiempo frente a pantallas, puede ser más difícil para esas familias que están luchando con las finanzas, el tiempo, energía, y las presiones asociadas con el empleo".
Factores de riesgo 5. Desordenes genéticos.
Ciertos trastornos genéticos que se acompañan de obesidad, como síndrome de Prader-Willi, Bordet-Biedl, Cohen, Borjeson, Carpenter, MOMO, y otras condiciones como el síndrome de Down, espina bífida y trastornos del espectro autista tienen características para un particular riesgo de obesidad.
Factores de riesgo 6. Percepción del riesgo
Niños con discapacidad a menudo están ansiosos de participar en actividades físicas. Pero los padres, maestros, pediatras y entrenadores, pueden sentir que la actividad física será muy difícil, peligrosa o muy decepcionante. "Parte de todo esto tiene que ver con los estereotipos, y la idea de que los niños con discapacidad están demasiado enfermos para participar en actividades físicas. Un estudio encontró que los pediatras frecuentemente subestiman los beneficios y sobrestiman los riesgos de la recreación física. Los padres tienden a preocuparse por miedo al fracaso y a que el niño pueda lastimarse con el desafío físico. En un estudio de niños entre 11 a 16 años con discapacidad, 68% de los padres no quieren que sus hijos se lastimen o se puedan poner en una situación en la que sean vulnerables."Todos los niños se van a caer y lastimarse las rodillas, tener un esguince del tobillo, está bien, los beneficios de la actividad física superan los riesgos y vale la pena". Los atletas con discapacidad tienen  tasas similares de lesiones que otros atletas. Es un riesgo mayor sentarse y no hacer nada. Tenemos que conseguir que se muevan, desafiar a los niños a disfrutar del ejercicio y disfrutar de la diversión y la salud física y emocional que viene del mismo. A menudo las preocupaciones de los padres tienen que ver con sus raíces de un mal modelo deportivo (ganadores y perdedores).
Factor de riesgo 7. Aislamiento social
Los niños con discapacidad tienen menos amigos que otros de su misma edad, por lo que se pierde la oportunidad para jugar en un entorno al aire libre. Al mismo tiempo son excluidos del equipo de deportes, porque creen que no contribuirán a la victoria. A menos que se les de oportunidad para participar en actividad física estructurado o no, los niños con discapacidad serán inactivos.
Factor de riesgo 8. Tiempo frentes pantallas.
La mayoría de los niños en nuestra cultura tienen acceso a un surtido alucinante de diversiones sedentarias como televisión, videojuegos y las computadoras. Los entretenimientos se ven como "enviados del cielo" en las familias de niños con discapacidad y que a menudo se utilizan para proporcionar "tiempo libre" para la familia. Al mismo tiempo, sin embargo, el tiempo frente a pantallas está fuertemente asociado con obesidad. Aunque las razones de esto no se entiende completamente, los estudios han encontrado que el ver televisión reduce la tasa del metabolismo de los niños, mas que el mismo descanso. Al mismo tiempo los televidentes están expuestos a un constante bombardeo de la publicidad de refrescos, bocadillos, comidas rápidas y dulces, que es una de las razones porque la gente tiende a merendar mientras ve televisión. La obesidad infantil esta casi directamente relacionada con la cantidad de tiempo que pasan los niños frente a las computadoras y televisores.

No hay comentarios:

Publicar un comentario